A 14 meses del asesinato de Yunuén, lágrimas y dolor por su ausencia

·   “A su paso por esta tierra, dejó huella profunda”: doctor Ignacio López.

·   “La violencia la alcanzó”: Marisol Aguilar.

Morelia, Mich., a 09 de marzo de 2021. El 8 de marzo se conmemoró a nivel mundial la lucha de las mujeres por la igualdad, el reconocimiento y el pleno ejercicio de sus derechos. A pesar de los avances en las leyes y programas de gobierno, aún existe un rezago importante, muestra de ello es que 10 mujeres son asesinadas diariamente en México.

Aunado a ello, las condiciones sanitarias derivadas de la pandemia por Covid-19, obligaron a que solo asistiera un grupo reducido de personas al Salón Plutarco Elías Calles del Comité Directivo Estatal (CDE) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para rendir un homenaje póstumo a Yunuén López Sánchez, “Yuni, Yun o Yumón”, como cariñosamente le llamaban quienes tuvieron el privilegio de tenerla como hija, amiga, compañera de trabajo y abogada.

Poco a poco las y los asistentes al homenaje ocuparon sus asientos, con sana distancia y respeto. El primero en el presídium fue el líder estatal del PRI, Jesús Hernández Peña, seguido de integrantes del Comité Directivo Estatal (CDE). Tímidamente, el doctor Ignacio López Villaseñor, padre de Yunuén ocupó su lugar junto a ellos. En la comitiva llegó el Coordinador de Estrategia Territorial, Carlos Herrera Tello, quien asistió acompañado de su esposa e hija Camila.

A manera de honrar la memoria de Yunuén, se guardó un minuto de silencio en su memoria, segundos que hicieron más emotivo el momento.

En medio de los discursos, se destacó el ímpetu y coraje que la joven abogada tenía para luchar contra las injusticias.

Un año nuevo significa el comienzo de sueños, ilusiones, planes y proyectos a realizar y sirve para dejar atrás tristezas, malos ratos y sufrimiento. En particular, el año 2020 generó muchas expectativas; sin embargo, para la familia de Yunuen López Sánchez, militante del PRI, el 1 de enero marcó sus vidas, cuando su hija Yuni salió de su casa y nunca más regresó.

Fue un día complicado. Estar sin noticias de Yunuen generó incertidumbre y mucho dolor. El 2 de enero, un día después de su desaparición, recibieron una llamada telefónica en la que les informaron que su hija había sido secuestrada y pidieron dinero para dejarla en libertad. Inmediatamente, sus padres acudieron a la Unidad Especializada de Combate al Secuestro (UECS) para denunciar los hechos, pero horas más tarde fue hallada sin vida.

“Lamentablemente la violencia la alcanzó y nos alcanzó como sociedad. Nos dejó una marca que nunca olvidaremos, un vacío que nos duele, pero también nos fortalece a seguir luchando por su causa”, señaló en su momento la presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas (ONMPRI) en el estado, Marisol Aguilar Aguilar.

Yunuén luchaba constantemente contra la impunidad y por un Michoacán seguro para las mujeres. No lo logró.

Sin duda, el momento más emotivo fue cuando su padre habló sobre ella. Días antes, junto a su esposa, revisaron la habitación de Yuni, su pequeña, su pilar de vida, quien en múltiples apuntes dejó plasmados sus ideales y convicciones para luchar por un mundo mejor.

“Su pasión era luchar por los derechos de la mujer. Decía que las mujeres están listas para involucrarse en el verdadero cambio social que transformará el entorno y la calidad de vida de la mujer y sobre todo, vivir sin discriminación y paradójicamente, sin violencia”, relató.

Entre las personas asistentes al homenaje, se encontraba Camila, hija mayor de Carlos Herrera, quien tímidamente secaba las lágrimas que rodaban por sus mejillas, conmovida por el discurso del doctor López. A solo unos pasos, se encontraba también su esposa, cuyo rostro, al recordar a su hija, mostraba el dolor y vacío que dejó con su partida.

Una lluvia de aplausos cerró el homenaje, como un bálsamo para sus padres, quienes aseguran que, para consuelo de ellos, Yuni no está muerta, pues a su paso por esta tierra, dejó una huella profunda y no se alejó del mundo, solo trascendió.